Un fenómeno peculiar cautivó a Chicago a principios de 2024: una huella con la forma perfecta de una rata en una acera, aparentemente dejada por un roedor que se hundió en el concreto húmedo. Los lugareños trataban el lugar como un lugar de peregrinación, arrojando monedas, cartas e incluso el famoso licor Malört al agujero. Sin embargo, una investigación reciente revela la verdad: la huella no fue hecha por una rata en absoluto.
La historia ganó fuerza rápidamente, y los lugareños acudieron en masa al sitio en busca de curiosidad y diversión. La “madriguera de las ratas” se convirtió en un hito cultural, atrayendo la atención tanto de los medios como de los residentes. ¿Pero qué fue exactamente lo que dejó la impresión?
Un investigador de posgrado decidió investigar, midiendo la huella y realizando pruebas. ¿Los resultados? La huella era demasiado grande para haber sido dejada por cualquier especie de rata encontrada en la región. El verdadero creador de la madriguera de la rata sigue siendo un misterio, pero una cosa es segura: la huella icónica no fue hecha por la criatura que todos suponían.
Los hallazgos plantean preguntas sobre cómo se forman y difunden los mitos urbanos, incluso en la era de la investigación científica. La “madriguera de las ratas” sirve como recordatorio de que no todo es lo que parece, ni siquiera en las realidades más concretas.
Para conocer la historia completa y más datos científicos extraños, sintonice el podcast “Lo más extraño que aprendí esta semana”. El programa también cubre otras rarezas, como una casa de retiro para pingüinos geriátricos en Boston y un impactante descubrimiento de ratas cazando murciélagos en pleno vuelo en Alemania. Estos sucesos extraños pero reales resaltan la naturaleza impredecible y a menudo surrealista del mundo que nos rodea.
